Te fuiste de vacaciones y, en efecto, saberte lejos
hace que que mi día a día se ponga en blanco y negro...
Por suerte para mi, tengo un batallón de recuerdos
que me arrancan de raíz la soledad de los espejos.
El peso de la nostalgia es, casi tanto como 47 bultos de concreto,
Y los relojes se suicidan acuchillando con sus manecillas al tiempo.
Los besos que no te di, fermentaron en veneno,
Es como si pusieran un letrero de “clausurado” en el cielo.
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