Otro 14 de febrero...
y yo sigo buscando la forma de colarme a tu corazón.
tu corazón, que tiene en la entrada un portón resguardado por gigantes acorazados,
armados hasta los dientes...
tiene también una cerca electrificada, una red de monitoreo de última tecnología
y un sistema de alarma activado con rayos láser (de esos que detectan cuando uno pone siquiera
un sólo pie en su propiedad)
de a ratos, como que me gana la desesperación, sin embargo, siempre me acuerdo (oportunamente)
que todo sistema de seguridad siempre tiene un fallo, un punto débil, un talón de Aquiles...
y mi nueva meta, ya no es la puerta o la ventana o la chimenea o el boquete para colarme dentro.
sino el punto débil por donde se pueda romper la defensa "casi" impenetrable que te has echado encima.
por eso, cargo siempre en el cinturón un cincel, un martillo, una llave maestra y un candado...
el cincel y el martillo para tumbar las paredes, partir las piedras y matar a martillazos a la frustración.
la llave para abrir toda puerta cerrada que encuentre.
y el candado para echarlo por dentro cuando logre colarme en ti.
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