Me di un tour por afura de mi mismo
y me vi con los zapatos remachados al suelo.
experimenté la muerte en vida, la sed en la lluvia, la soledad en compañía.
mal gasté el hombro de los demás,
escuché a las calles silbar,
invertí mi tiempo en contarle las pecas al cuello de la carretera.
aprendi que no hay clases sociales entre dos bocas que se besan.
deduje la teoría que aclara el paradigma de la espectativa femenina,
entendi que el silencio también se puede medir en decibeles.
recordé que el olvido se esconde bajo la cama.
me enteré que en mi espalda aun funcionan mis alas.
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